lunes, 14 de junio de 2010

DE NUESTRA EXISTENCIA

El orbe, roto y rojo redondo nos inmoviliza entre su envoltura y su aliento de mareas aireadas; erramos, volátiles, huidos sin destino ni espacio que descubra nuestra identidad de seres universales, espaciales.
La verdad secreta y silenciosa, se filtra desde el cielo y nos invade con su cuerpo de perenne existencia, nos cautiva por dentro y por fuera descubre la luz que nos ciega, con el resultado de la razón y la certeza de la vejez.
Nos hemos ido moviendo sobre su piel para quedarnos en el mismo lugar donde nacimos, nos parieron sobre la misma tumba que nos cobija y nos colma.
Es un incendio boreal devorando los segundos de cada vida latente, una conciencia que brota de una semilla consciente.

1 comentario:

paolav dijo...

Ojalá visitaras el norte Chileno, sobre todo el Valle de Elqui, allí está ese espacio que nos permite encontrarnos con nosotros mismos y con los demás.
Me demoro, generalmente me demoro, pero te seguiré.
Un abrazo