Campanas
de oro
Tañen
dentro del alma
Ecos
de trigo y ceniza.
Con frío
carnal al poniente,
El alma
se deshoja
En otoño
mudo y ciego.
La
ola grita en su retroceso
Olvidándose
en el mar misterioso.
El
centinela secreto
Llega
en su tren distante
Dibujando
el horizonte
Y arboles
de fuerza.
La noche
ilumina
El alma
con velas de estrellas,
Suave
brisa silenciosa
Apacigua
el corazón.
El
alma presa en el ánfora del corazón
Silencia
su lloro en un rincón.
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